A los 75 años, el Señor se lo llevó a su presencia donde ya no hay ni dolor ni sufrimiento. Suso,como lo llamamos los íntimos, demostró una valentía inusitada. En aquellos tiempos de Suárez en que se ...
y el dolor del otro es también mi dolor”. Por ello, les recordó que Jesús es su amigo y que pueden compartir con Él sus alegrías y dolores. También destacó que otra prueba de la amistad ...
aunque éramos grandes amigos, nos podíamos decir groserías y todo, pero siempre le di su lugar, porque era mi ídolo, aparte de ser mi amigo". Descanse en paz Jesús Salas.