Los Salmos 41 y 42 constituyen, de hecho, un único canto, separado en tres partes por la misma antífona: «¿Por qué te acongojas, alma mía, por qué te me turbas? Espera en Dios, que ...
En realidad, según los expertos en el Salterio, nuestro Salmo debe ser relacionado íntimamente con el sucesivo, el 42, del que fue dividido cuando los Salmos fueron colocados en orden para ...